martes, 27 de octubre de 2009

¿A dónde vas Casiopea?



Unbuentipo: Estoy seguro. Te tenía que conocer
Casiopea: ¿Sí? ¿De qué hablas?
Unbuentipo: Esto estaba predestinado

Bien, por favor digámoslo juntos:
Qué mamadas

La verdad es que siempre he caído en conflicto existencial con esas cosas del destino. Platicaba con Unbuentipo, mientras bajábamos las escaleras de algúnlugar. Él sostenía que nuestras vidas están regidas por circunstancias que escapan de nuestro control, que todo está predestinado.

Casiopea: O sea que nadie es responsable de lo que hace o deja de hacer; con esto se quiere decir que no se tiene un libre albedrío.

Traté de recordar la tesis de Leibniz, de Spinoza, de Freud o de Skinner. Quizé preguntar si él pensaba igual que alguno de ellos. Pero no lo hice:

Unbuentipo: Así es, todo ya está determinado en cierta dirección
Casiopea: ¿Por qué? o ¿por quién?
Unbuentipo: Por diferentes causas
Casiopea: ¿O sea que mis decisiones no son “libres” como tal? ¿Yo no elegí bajar estas escaleras contigo?
Unbuentipo: Así es, eso ya estaba en el destino.


No lo sé, a mi no me agrada pensar que no tengo un libre albedrío, me jode mucho la idea. Quisiera hacer un equilibrio, lo he hecho. Por lo pronto, jódete Unbuentipo.

Pienso que no siempre sabremos de que están precedidas las decisiones que vamos tomando y relizando diariamente, ¿será acaso de la maravillosísima libertad, que tanto luchamos por tener, y presumimos cuando ya está en nuestras manos? O se trata de sólo un pinche casualismo.


Casiopea: No lo sé Unbuentipo, pienso que la gente es la que actúa influida por una serie de condicionamientos que imponen la educación, la cultura y la propia cosmovisión...

*Unbuentipo está desconectado*

miércoles, 21 de octubre de 2009

Mientras sucede...


Acaba de ser el cumpleaños de mi hermana, hecho que me hizo reflexionar. Así es señores: también reflexiono. Definitivamente soy un estuche de monerías, lo sé.


Vámonos a un febrero. Los febreros son cautivantes para mí porque todavía perdura un frío punzante. Además por supuesto: es mi cumpleaños. Odio mi cumpleaños, pero amo los febreros.

¿Que porqué odio mi cumpleaños? Por favor ¿Quién realmente ama su cumpleaños como tal? A mí toda la vida me han pasado cosas que van de lo incómodo a lo repulsivo en esos días.

Cosas gratas también. Una que agradezco enormemente haber tenido en un cumpleaños específicamente es:

"No haber tenido unos XV años"
Aplausos, por favor.


Así es, no tuve un vals, no tuve palabras ni de mi papá, ni de mi padrino borracho. No hubo souvenirs ridículos y no hubo tampoco lágrimas, ni zapatillas molestas. No hubo cosa alguna que me irritara ese día. Digamos que sólo situaciones poco incómodas.




A mi cumpleaños número quince le doy un sincero Ok.


***

Ahora, estoy a dos pasos de cumplir los 18 años (realmente) y me siento con una terrible emoción. Se me hace cursi el pensar que ésta, debe ser la mía. No sé qué haré para este tresdefebrero. Será algo gordo y definitivamente el concepto de los febreros se tiene que embellecer aún más.

La mayoría de mis lectores ya son mayores de edad. Lo sé, soy una bebé. Pero digan si estoy loca. ¿Esperaban algo de sus dieciochos?

miércoles, 14 de octubre de 2009

In-A-Gadda-Da-Vida


Camino a la escuela, venía escuchando cumbias de esas que al principio traen conversaciones parecidas a éstas:



Ella dice: "No mi amor, yo te prometo, que no te volveré a engañar nunca más"
Él responde: Que no le importa que sea una puta, que él la perdona (o una mamada parecida).

*Entra la bonita melodía*


Ese día llegué media hora antes a la escuela. Yo sólo me senté en las hermosas escaleras. En las bancas no, porque no me vería igual de interesante ahí ¿ajá?

Después saqué dos libretas y empecé a escribir (pendejadas) para matar el tiempo, en eso llegó un chico de mi clase, el cual no me saludó, porque "no me reconoció". Yo me hice aún más tonta. Luego se acercó y me pidió una disculpa por no haberme saludado antes, argumentando su ya avanzada ceguera.

Me dijo algo que me gusto, supongo que desde un principio sabía que lo que escucharía me iba a gustar y por eso me lo dijo, no lo sé. Quiero creer que esa persona de verdad sí lo piensa realmente.

***

Y ¿Qué creen que haya sido eso tan lindo que me dijo?
Sin duda una de las cosas más estúpidas también.
Y no tiene nada que ver con -el amor-.

miércoles, 7 de octubre de 2009

Un lunes. Ah y guácala Latania



Es lunes, son las seis y media de la mañana y yo estoy alistándome para ir a mis clases. Todo es normal. Me limpio donde tengo que limpiarme, me visto, tomo mis cosas y salgo de casa para emprender el viaje largo/corto a mi escuela.

Le hago la parada al camión que me llevará hasta la estación del metro más cercana a mi casa. El micro va lleno, yo todavía no puedo subir más que el primer escalón, a pesar de ello, el chofer decide avanzar, así que yo improviso en mi mente escenas chuscas en las cuales salgo disparada del camión y Superman me salva. Logro subir por completo.

Llegamos a una avenida en la cual teníamos que dar vuelta hacia la izquierda. Pero el micro, sigue derecho. Pienso que me pude haber equivocado de camión, así que de soslayo reviso el letrero del camión. No, no me equivoqué.

El micro se detiene, el chofer se levanta y nos dice:
-Una disculpa, bájensen


Yo, estoy confundida, sé donde estoy, pero nunca había estado ahí sola, sólo había pasado ya muchas veces en carro. Camino hacía la avenida más cercana. Es horrible, el camino es feo y no hay mucha gente. Pienso que no fue buena idea ponerse sandalias hoy.

Después de diez minutos de caminar, llego a la avenida y busco el camión que tomaré. Tengo el tiempo contado para llegar. Hago la parada. Abordo, pago y me siento. Estoy distraída, observo fijamente una toalla de la virgen de Guadalupe, me estremezco.

El chofer conciente de las congestionadas avenidas, decide sabiamente meterse en sentido contrario. Luego lo toma como hobbie y aunque no haya tráfico, vamos al revés. Todos nos saludan amablemente. Ahora sí es tarde, corro rumbo al metro, corro rumbo a la escuela. ¿Todo para qué? Para que la pinche maestra llegue tarde...

En otras noticas: Una tal Tania me da pena ajena por ser ratera de entradas de Pelo, de Lilián, mías y no sé de quien más.

sábado, 3 de octubre de 2009

De las mentiras y el placer


*Ahora las entradas en este blog se publicarán sólo semanalmente*

Mentiras

Está bien, no serán semanales. La razón por la cual la fecha de mi última entrada haya sido un viernes veinticinco de septiembre (o sea hace tantitíto más de una semana) es porque quería demostrarle a este blog que no puede controlar mi vida, que no me puede manipular a su antojo ¿ajá? Ya después de haber hecho la finta, me dispongo a pendejear...

No sé porque casi siempre hablo de como una persona muy infeliz y desgraciada. Bueno la verdad sí conozco el porqué y ustedes seguramente también. Pero se lee mucho más interesante un "no sé". Me siento pendejamente misteriosa.

Erika Casiopea no sólo es lloriqueos en un rincón, también tiene sus momentos de felicidá. Mi cerebro muchas veces secreta neurotransmisores que me hacen desear algo o anhelar un comportamiento que me proporcione placer, acciones tales como:

  • Subir estas escaleras
  • Tomar licuados de fresa con el señor calvo de los licuados de fresa.
  • Decir Ai ro nó (I don't know)
  • La práctica de la mortificación de la carne por motivos religiosos
  • Divagar sobre si es mejor utilizar la tarjeta o el boleto en el metro
  • Reír por mi incapacidad para escribir o pronunciar el nombre de Clotilde

Conclusión:

1. Querido blog, he podido más que tú
2. Amo a mi hermanita